domingo, 8 de abril de 2012

Mensaje Pascual 2012.





Felices Pascuas de Resurrección!

Ánimo! Jesús de Nazaret, el Señor, está entre nosotros y nosotras. La experiencia del Acontecimiento Pascual es inexplicable pero también incuestionable. Sus seguidoras y seguidores, tras la noticia de que el sepulcro fue encontrado vacío, experimentamos la presencia de Jesús Resucitado en medio de nuestras comunidades, en diversos acontecimientos de nuestra vida personal y familiar, en la historia de nuestro pueblo.

Desde la perspectiva de la fe cristiana, nada escapa a la Pascua de Jesucristo.

Así como María de Magdala encontró  el sepulcro vacío y se hizo la primer testigo de la Resurrección, que en la mañana de este domingo, la alegría gozosa de esa noticia inunde nuestras vidas. A cada uno y cada una, el Señor nos sale al encuentro, nos llama por nuestro nombre y nos envía a nuestra comunidad eclesial (Jn 20,10-18).

Es el tiempo de la consolidación eclesial. Las seguidoras y los seguidores, recibimos el envío del mismo Resucitado, de ir a nuestras hermanas y nuestros hermanos, la comunidad discipular, para dar testimonio de la Resurrección. La misión empieza dentro de las estructuras eclesiales, promoviendo la horizontalidad, la fraternidad y la solidaridad en nuestras relaciones.

Urge que nuestras comunidades eclesiales se detengan a mirar su origen, encuentren su identidad, aquella del movimiento de Galilea que le impregnó Jesús, para reubicarse en la sociedad y la cultura del siglo XXI. Este proceso de revisión no lo hacemos en soledad, el Resucitado está en medio de la comunidad comunicando paz (Jn 20,19), una paz capaz de disipar todos los miedos.

Urge que hagamos del Acontecimiento Pascual una experiencia de vida, personal y comunitaria. No es suficiente celebrar la Pascua. Es necesario experimentarla. Dejarse transformar por ella. Así como Jesús nos ama hasta el extremo (Jn 13,1) también respeta nuestra libertad hasta el extremo, experimentar el Acontecimiento Pascual depende de cada uno y cada una, es necesario ponerse en camino para llegar al sepulcro vacío (Jn 20,1), es necesario recordar las palabras de Jesús para zambullirse en el Misterio Pascual (Jn 20,8), es necesario detenerse a mirar para ver al Resucitado (Jn 20,14), es necesario escuchar su voz para reconocerle (Jn 20,16).

Seguidoras y seguidores de Jesús, de nosotras y de nosotros depende la renovación eclesial producto del Acontecimiento Pascual.

Nuevamente, felices Pascuas de Resurrección.
Ánimo! Jesús de Nazaret, el Señor, está entre nosotras y nosotros.

Pascua 2012.
+ Julio

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