domingo, 6 de marzo de 2011

Mensaje del Obispo Julio en el día de su ordenación episcopal.


Cuando en enero me postularon como obispo, pensé "no saben lo que dicen". Cuando todo indicaba que sería el obispo, pensé "no saben lo que hacen". Cuando me confirmaron no supe que hacer. Entonces, leí los Hechos de los Apóstoles y entendí que fundamentalmente, la tarea de los apóstoles era administrar y gestionar.

Por mi formación profesional, tengo varios años de experiencia en estas áreas, así que trataré de aplicar los conocimientos seculares a las realidades eclesiales, con la finalidad de llevar adelante un Proyecto Pastoral y un Proyecto Organizacional.

Iniciamos un período de mucho trabajo y lo haremos en base a algunas consignas:

Como decía San Agustín de Hipona "en lo imprescindible unidad, en el resto libertad y en todo caridad", por lo tanto, tenderemos a fortalecer lo que tenemos, nuestra diversidad teológica, litúrgica y de experiencia de fe.

Todo nuestro accionar en un marco de tradición católica; como decía San Vicente de Lerins "católico es aquello que fue creído y afirmado por todos y en todas partes", por lo tanto, tenderemos a una revisación de nuestras teologías, prácticas litúrgicas y experiencias de fe, para ubicarnos en este camino.

Nuestro trabajo tiene que se desarrollado bajo la guía de las Sagradas Escrituras, pues en ellas está todo lo necesario para que las mujeres y los hombres alcancen la plenitud; y ellas, leídas y estudiadas desde Jesús. El es la única clave hermenéutica posible para leer e interpretar la Biblia.

Las lecturas de la liturgia de hoy resumen su misión mesiánica que es la misión de la Iglesia.

Iglesia profética, porque anuncia el restablecimiento de derechos humanos y dignidades humanas, pero denuncia su violación y no cumplimiento; por eso implementamos el Centro de Desarrollo Humano con sus programas-

Iglesia pequeña y pobre. No tenemos ni un templo. Como Jesús y la Comunidad Apostólica tuvimos que pedir un lugar para celebrar esta nuestra Pascua. Pero no tan pobre, que no tengamos nada para dar. La historia de nuestras comunidades hablan de mucha generosidad y solidaridad. Desde el anonimato, como la luz, la sal y la levadura, están transformando aunque no nos demos cuenta.

Iglesia servidora como Jesús, que no vino a ser servido sino a servir. Iglesia al servicio de las personas vulneradas en sus derechos humanos y su dignidad. Este servicio es radicalmente evangélico, porque el Evangelio es Buena Noticia escencialmente de Paz, Justicia y Solidaridad, capaces de restablecer derechos y dignididades.

El ser una Iglesia profética y servidora, siguiendo el ejemplo de Jesús, nos hace una Iglesia Pascual. La Pascua es Vida, plena, digna, abundante, no para algunas sino para todas las personas sin distinciones, porque Dios no hace diferencia entre las personas.

En este tiempo de trabajo que iniciamos, nos proponemos para antes de la Pascua 2011, contar con un Plan Pastoral que será puesto a consideración de las comunidades. Una vez discutido, corregido y acordado, será nuestra guía para los próximos 10 años.

También, un Plan Organizativo, con la finalidad de consolidar la Iglesia, formar liderazgo y en un plazo que vaya entre los cuatro y diez años, máximo, elegir otro obispo u obispa; porque el liderazgo, necesariamente debe renovarse para que sea liberador para todas y para todos.

En todo este trabajo, la gran consigna: "Dios no hace diferencia entre las personas" (Hch 10,34) por eso, unidad en la diversidad, todas y todos tenemos un lugar en esta Fiesta y en esta Mesa, y ese es el mensaje que tenemos que compartir con la sociedad uruguaya.

+ Julio.

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